Brujas es la ciudad belga que más turismo recibe al año, por encima de Bruselas, capital del país. Cualquiera que haya visitado la ciudad, entenderá rápidamente por qué.
No en vano, nos encontramos ante una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa y cuyas calles empedradas y red de canales transporta al visitante a un cuento. Y es que, esta es la mejor definición que se me ocurre para Brujas: una ciudad de cuento. Debido a su red de canales es comparada con frecuencia con Venecia pero lo que realmente te atrapa es su atmósfera y en cuanto entras a la ciudad sientes que estás viajando en el tiempo.
Su arquitectura y esta especial sensación que transmite le valió a la ciudad para ser reconocida en el año 2.000 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
No se trata de una ciudad muy grande, más bien lo contrario por lo que se convierte en una opción ideal para una escapada romántica o como punto de paso obligado para quién viaje a lugares próximos como Ámsterdam o Bruselas. Los amantes de la cerveza también encontrarán en esta pasión una excusa perfecta para un viajecito corto a la ciudad.