Precalentar el horno a 180 ºC.
Tostar ligeramente las galletas en el horno durante 8 minutos.
Con las galletas ya tostadas, triturarlas finamente. Colocarlas en un bol, añadir la mantequilla en pomada, el azúcar glass, la esencia de vainilla y una pizca de sal y combinar bien hasta conseguir una mezcla que se asemeje a arena mojada.
Colocar la mezcla de galletas en el interior de un aro para tartas de 20 cm de diámetro colocado sobre una bandeja forrada con papel de hornear. Aplanar la base, apretando bien con la ayuda de un vaso o una cuchara, de forma que quede una base compacta.
Meter la base en el frigorífico o en el congelador para que se solidifique mientras preparamos el relleno de la tarta.
A continuación empezaremos con la preparación de la trufa. Por un lado, triturar las frambuesas y colarlas para que no queden pepitas ni impurezas. (Debemos obtener 300g de puré lo más fino posible)
Por otro lado, mezclar en un cazo la nata con el azúcar blanco y ponerlo a fuego medio hasta que rompa a hervir.
Mientras tanto, derretir ambos chocolates, por separado, en el microondas y, posteriormente, juntarlos en un bol.
Cuando la nata rompa a hervir, retirarla del fuego y mezclarla poco a poco con el chocolate fundido.
A continuación, incorporar el puré de frambuesas a la trufa y, por último, el licor (en caso de optar por utilizarlo). Mezclar bien la trufa hasta obtener una mezcla homogénea y brillante.
Una vez que la base de la tarta esté sólida y asentada, utilizar una brocha de pastelería para pintar la base de la tarta y las paredes del aro con un poco de trufa y volver a colocarla en el congelador durante 5 minutos. Esto asegurará que la trufa no se filtre a través de la base.
Tras este tiempo, verter la trufa en el molde y dejar reposar la tarta en el frigorífico durante 2 horas para que se asiente y se endurezca.
Por último, para poder quitar el aro metálico fácilmente, colocar la tarta en el congelador un par de horas. Cuando esté congelada, ponerla sobre un bote y calentar todo el perímetro exterior del aro con un soplete. La capa exterior de trufa se fundirá ligeramente y se podrá retirar el aro deslizándolo cuidadosamente hacia abajo.
Una opción de decoración es derretir un poco de chocolate blanco y/o negro, y realizar unas líneas o dibujos con la ayuda de un cono de papel.
(para la base)
(para el relleno)