“Como una regadera” nace de la más que calculada cordura… Es una respuesta a nuestra necesidad de encontrar nuevas fórmulas de expresarnos y de comunicar historias. En realidad lo que hacemos es utilizar la ropa como los niños las paredes, solo como soporte de nuestras ideas, a base de color y gráfico.
Me gusta la huerta, me recuerda a mi abuela y a los días que pasaba ayudándola. Ahora en casa también tengo una.
¡Ya lo sé, dos metros cuadrados en una terraza no es lo mismo!, pero a mi me alegra el día remover un poco de tierra de aquí para allá o regar con esfuerzo, aunque al final salgan cuatro tomates enanos. ¡Me importa un pepino!, yo soy la alegría de la huerta.